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Γυναίκα που αγάπησα - 1980      
 
Στίχοι:  
Λευτέρης Παπαδόπουλος
Μουσική:  
Χρήστος Γκάρτζος


Γυναίκα που αγάπησα
γυναίκα που έχασα
κορμί μου, σάρκα μου.

Αυτήν του χωρισμού την ώρα
σε ψάχνω και σε τραγουδώ.

Γυναίκα που αγάπησα
γυναίκα που έχασα
κορμί μου, σάρκα μου.

Το στόμα που δάγκωσα
τα μέλη που φίλησα
μπλεγμένα σώματα.

Αυτήν του χωρισμού την ώρα
σε ψάχνω και σε τραγουδώ.

Γυναίκα που αγάπησα
γυναίκα που έχασα
κορμί μου, σάρκα μου.




 Στατιστικά στοιχεία 
       Δημοφιλία: -
      Αναγνώσεις: 5875
      Σχόλια: 5
      Αφιερώσεις: 0
 
   

 Δισκογραφία 
 
[1] Τα ερωτικά
1980
 
   

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   Viennezos, Michael @ 28-12-2005
   Viennezos
28-12-2005
Οι στίχοι του Λευτέρη Παπαδόπουλου είναι μια ελεύθερη απόδοση ποίησης του Pablo Neruda.
   Viennezos
28-12-2005
Τραγούδι από τον προσωπικό δίσκο του Ψαριανού "Τα ερωτικά" (1980)
   Avellinou
06-10-2018 18:04
https://www.youtube.com/watch?v=597FKu7tQAs&t=42s
   Viennezos
01-07-2018 05:09
Ευχαριστώ πολύ, Avellinou, για το πρωτότυπο!
   Avellinou
29-06-2013 10:50
Ο Λευτέρης Παπαδόπουλος μεταφράζει μονο τέσσερεις στίχους απο ένα ποιημα που περιεχει 56, το "απελπισμένο τραγούδι", συγκεκρινένα τους εξής:

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.

Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Αντιγραφω το πρωτοτυπο ποιημα ολοκληρο:


La canción desesperada


Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.

Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!

Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!

En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!

Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!

En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio

Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!

Hice retroceder la muralla de sombra,
anduve más allá del deseo y del acto.

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.

Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.

Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.

Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!

Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.

Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.

Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.

Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Y la palabra apenas comenzada en los labios.

Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!

Oh, sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron!

De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste.
De pie como un marino en la proa de un barco.

Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.

Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.

Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.

Es la hora de partir. Oh abandonado!


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